MÍRENLOS CONVERTIRSE EN DIOSES
Se apagaron las luces y la gente ya estaba regalada. Una suave melodía del lejano oeste fue suficiente para que se nos erice la piel. El primero que saluda es Nick Menza, montado sobre una estructura de ciencia ficción con forma de batería, monstruo de tambores y platillos, que empiezan a atronar y le dan pie al resto de la banda: Dave Mustaine, Dave Ellefson y Marty Friedman, que entran rumiando, masticándonos la piel con "Skin O' My Teeth". Los fans de la banda no tienen lugar en sus mentes para malos pensamientos, pero algunos escépticos cometimos la osadía de imaginar que tantos años de recuperación indefinida habían puesto a Megadeth al borde del primer escalón de la terrible escalera de la decadencia, por la que varios se deslizan en picada, pero que Megadeth mira de lejos. Ellefson aseguró que
"el día que no podamos más será nuestro último día, no vamos a andar dando lástima por ahí". Sentí felicidad al comprobar que ese día, al menos en el aspecto musical, queda a varios años de aquí.
Una vez más Mustaine se levantó entre los muertos, demostrando que a pesar de tocar y y cantar "Wake Up Dead", el cuero le dio como para transformarse en un Dios para 25.000 argentinos durante cinco noches consecutivas. Cuando los tipos se suben al escenario, las historias, los rumores y el pasado quedan enterrados bajo toneladas de notas, acordes, solos y canciones que despejan todas las dudas, al menos a lo largo de hora y veinte, hora y media. Cuando Megadeth termina de aplastar a la gente convertido en la locomotora de su último video, "Train Of Consecuences", pasan a ser nada más que seres humanos, más talentosos que otros, que harán de su vida lo que les venga la gana, más allá de que nosotros exijamos explicaciones de vez en cuando. Mustaine lo dejó claro al final del coro: "
This Was My Life". El significado detrás de la canción puede ser infinito, pero las palabras son tajantes: es SU vida.
Mustaine es protagonista. Siempre. Él manda y todos lo tenemos asumido: Ellefson, Menza, Friedman y nosotros. Él comienza a girar sobre el escenario, ensayando un riff que acelera, que acelera, y metido en esa celda imaginaria anuncia: "
Hello Me". Enseguida lo imaginario pasan a ser las balas que suda la banda, se incrustan en el cuerpo de la gente que devuelve el saludo con un estremecedor "¡Sweating Bullets!", a cinco mil voces. No sé si tiene que ver con parquedad o con la actitud al encarar un show de determinada manera, según se van sucediendo los acontecimientos. Nosotros nos aburrimos cuando nos hablan mucho, nos quejamos cuando nos hablan poco, pero nos encanta que nos hagan desear, y cuando Mustaine por fin se dignó a decir "
Hola chicos, bienvenidos a la casa de Megadeth" en un castellano muy digno, pronunciado con ese timbre de voz tan característico del cantante, todos nos hicimos pis encima. El "¡Olé, olé, olé, olé, Mustaine, Mustaine!" o "¡Megadeth, Megadeth!" no se hicieron esperar. La contrarrespuesta fue: "
¿Qué están diciendo?", a medio camino entre la simpatía y el qué mierda dirán. Nunca antes me puse a pensar seriamente en el asunto, pero las ganas que tenía de que Mustaine nos hable me demostraron que la barrera del idioma es un obstáculo infranqueable que nos distancia de los grupos. Sí, la música es un medio de comunicación, habla por sí misma, aunque, ¿no sería estupendo que tipos como Mike Muir, Henry Rollins o Dave Mustaine compartan TODO lo que tienen para decir con nosotros?¿Cuántos sabemos siquiera qué dicen los músicos en sus letras? El rock es un lenguaje universal que todos interpretamos, y es asombroso saber que en Rusia, Turquía, Japón o Argentina disfrutamos a Megadeth de la misma manera, pero a veces me da la sensación de que no es suficiente, de que al no poder entablar un diálogo fluído nos quedamos afuera en muchas.
Ellefson me comentó, refiriéndose a la sinceridad de los músicos, que ellos demuestran con hechos, no con palabras. Menza asegura que para él, el mejor álbum de Megadeth es
"Youthanasia". Estoy convencido de que muy pocos de los 25.000 que llenaron los cinco Obras comparten su opinión. Y a diferencia de Metallica, que llevó 30.000 personas a Vélez montadas sobre
"Metallica", Megadeth convocó únicamente con su historia, con sus clásicos. Dudo que uno solo de los que fueron a ver a Megadeth haya conocido al grupo a través de
"Youthanasia". Sí estábamos al tanto de "Train Of Consecuences". También disfrutamos con "Reckoning Day". Pero yo cambio un "A Tout Le Monde" y un "Victory" por más de
"Peace Sells..." o
"Rust In Peace" sin detenerme a evaluarlo demasiado, incluso transo por un "99 Ways To Die". Entiendo que los temas nuevos quedaron en evidencia ante veteranos como "In My Darkest Hour" o "Peace Sells...But Who's Buying". Ahora bien, si les pasamos por arriba con la aplanadora de
"Rust In Peace": "Hangar 18", "Tornado Of Souls" y "Holy Wars", de "Youthanasia" no quedan ni las cenizas, ni la vieja, ni los bebitos ni nada. Sólo quedaba "Anarchy In The U.K." para la despedida final.
Sospecho que Dave Mustaine es uno de esos genios que sacan lo mejor de sí mismos bajo presión. Los estados de ánimo son el termómetro con el que se miden las expresiones artísticas. Si es así, yo prefiero al Mustaine irascible, agresivo, atormentado, genial. No descubrimos algo nuevo si recordamos que desde siempre las drogas han estado asociadas con la creatividad. Pero no me malinterpreten, lo que intento recalcar es...los chicos de Biohazard lo expusieron mejor: descargar la mierda negativa de forma positiva. A Dave Mustaine yo lo quiero enojado, no drogado. Es SU vida, pero en cierta forma todos los que vivimos SU música somos parte de ella.
CRÓNICA DE LA REVISTA MADHOUSE N° 48 DE LOS SHOWS QUE MEGADETH DIO EN EL ESTADIO OBRAS SANITARIAS DEL 1° AL 5 DE DICIEMBRE DE 1994